miércoles, 13 de agosto de 2008

Doa Plateas (Dolina)...rían!

DOS PLATEAS
Durante su exilio en Bruselas, el director teatral Enrique Argentio consiguió instalarse en un viejo salón que tenía dos entradas opuestas que daban a calles diferentes. Gracias a vaya a saber qué influencias, logró que unos empresarios convirtieran el salón en dos teatros. El Terencio, sobre el Boulevard Anspach, y el Plauto Palace, sobre la Rue Neuve. Hay que decir que ninguno de los dos tenía escenario. Las butacas ocupaban casi toda la superficie disponible. Las del Plauto Palace miraban al canal. Las del Terencio, en dirección contraria, apuntaban al viejo Téâthre Flamand. Un lujoso telón separaba ambas plateas. Argenti concibió para estas dos salas una experiencia innovadora o, mejor dicho, dos: "Arde Bruselas" en el Plauto Palace y "Las perplejidades de Don Juan" en el Terencio. Las funciones empezaban a la misma hora. Al levantarse el telón, los espectadores del Terencio veían ante sí a los del Plauto y los tomaban por actores. El fenómeno inverso se verificaba en la otra sala. Así permanecían, esperando cada grupo que el otro diera comienzo a la acción. En algún momento, un espectador impaciente se ponía de pie e insultaba a los del otro teatro, que era para él el escenario. Estos, por su parte, creían que este insulto era un parlamento actoral. Cada función era diferente. Algunas consistían sólo en un largo silencio expectante. Otras incluían incendio de butacas, agresión a los acomodadores y desmayo de viejas. Cuando le parecía oportuno, el director bajaba el telón y concluían los espectáculos. Algunas veces ­casi nunca, en realidad ­ había aplausos de un lado y del otro. Más inquietantes eran las noches donde un sector aplaudía y el otro abucheaba. Argenti nunca pagó el alquiler. Los propietarios le ganaron un juicio de desalojo y lo sacaron a patadas en plena función, ante la ovación de las dos plateas.

1 comentario:

Bicarbonato de Porcelana dijo...

Un Grande Doli...


besotes a todos!

Jimena (amiga de Mary)